jueves, 19 de febrero de 2009

Para conservar:



Para conservar:
Cuando no es posible disponer de hierbas frescas, se puede recurrir a alguna forma de conservación:
Congeladas: una vez limpias, se las pica y se las congela formando cubitos con agua o caldo.
En aceite o vinagre: dentro de recipientes opacos y en la oscuridad.
En sal: en un recipiente, alternando con capas de sal (una parte de sal por cuatro de hierbas).
Secas: se atan en pequeños ramos sin lavar y se los cuelga cabeza abajo, cerca de una fuente de calor seco (una estufa, por ejemplo). Una cucharita de té de hierbas secas equivale a 3 de hierbas frescas. Conviene añadir estas hierbas conservadas en los diez últimos minutos de cocción, para que el calor haga que desprendan su aroma.


En fresco:

En el caso de las hierbas, hay que picarlas justo antes de usarlas y añadirlas al finalizar la cocción, para que el calor no les haga perder la fragancia. Para picarlas en juliana fina con facilidad, el truco es ponerlas dentro de un vaso y cortarlas con tijera.
En general, las hierbas de buena calidad vienen envasadas en bolsas o bandejas. Conviene mantenerlas así, en la heladera. Las hierbas más frescas, como la albahaca, pueden durar hasta 5 días. Las más leñosas, por ejemplo el tomillo, se mantienen bien durante 10 días.
Un buen truco para conservar el perejil es colocar el ramillete en un vaso con agua dentro de la heladera (como si fuera un florero).
La mejor manera de guardar las flores comestibles es en una bandeja, en la heladera, envueltas en film perforado, para que respiren. Bien tratadas, duran hasta una semana.

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