domingo, 20 de septiembre de 2009

El vodka de la posguerra fría


DANIEL UTRILLA desde Moscú

19 de septiembre de 2009.- La imagen pega fuerte. Tiene gancho y me 'amorató' la retina con un derechazo directo cuando la miré de reojo.

"En cada uno de nosotros hay algo ruso" reza el texto de la publicidad que acompaña una foto de Sylvester Stallone con el puño armado junto a una botella de vodka 'Russki Liod' ('Hielo Ruso'). Sobre la botella, levitando como afloración de genio fabuloso recién destaponado, aparece una curiosa leyenda de carácter informativo: "La bisabuela de Sylvester Stallone nació en Rusia". "¿Y nos lo dicen ahora?", pensé sobresaltado.

Durante unos segundos me quedé como embriagado ante aquel anuncio de vodka que compartía el retablo publicitario con otros carteles de bebidas y de tabaco en el aeropuerto Domodedovo de Moscú. Durante unos segundos mi subconsciente estuvo contra las cuerdas. Me quedé como grogui mirando el icono fortachón de la infancia, aquella foto agrisada que chocaba de frente con el arquetipo de Rambo que todos los treinteañeros llevamos dentro.

O sea, que el 'primo de Zumosol' apadrinado por la Administración Reagan, el héroe que noqueó a Iván Drago en el 'ring' de la bipolaridad, el guerrero que le sacó los ojos y los colores al Ejército Rojo en Afganistán, el musculoso 'Ecce Homo' que la URSS soñaba con ver crucificado, resulta que tenía sangre eslava

¿Pero cómo? ¿Que Rambo tiene ancestros rusos? ¿Y cómo es que no nos lo habían dicho antes? En medio de aquel enjambre de interrogantes, me imaginé de repente a Rambo leyendo 'Guerra y Paz' a escondidas, comiendo pan negro y postrado ante los iconos de sus antepasados antes de torear al enemigo. El tótem de la Guerra Fría se desmoronaba a mis pies como Pedro Páramo. Fue un golpe (bajo) de efecto como ese que nos sacudió George Lucas cuando nos contó a todos que Darth Vader era el padre de Luke.

La idea de que el mal engendra el bien está muy bien para libros de filosofía oriental, ensayos de Jung o manuales de mitología aplicada. Pero si en los ochenta nuestros vídeos VHS se tragaron sin rechistar la idea de que los rusos eran los malos, ¿cómo era posible que ahora la bisabuela de Rambo fuera oriunda de Odessa? ¿No era aquello tan extraño como ver a John Wayne anunciando fusiles 'kalashnikov' o a Marilyn Monroe enseñando botas 'katiuska' bajo el flameo de su falda?

Si en 1990 Rusia se comió con patatas el desembarco del McDonald en Moscú (hecho que ilustró el final del régimen comunista tanto como la explosión de Chernóbil o la retirada soviética de Afganistán), ahora son los rusos quienes seguro le harán pasar un mal trago con este vodka a los americanos más reaccionarios.

Una vez calmada la desazón del niño bipolar que llevamos dentro, debo reconocer que el anuncio del vodka, un verdadero cóctel de símbolos contrapuestos, comenzó a resultarme atractivo. Primero porque la bisabuela rusa de Stallone deja K.O. a ese nacionalismo atávico y aferrado al terruño que saca músculo para defender la pureza de sangre. Las raíces de los árboles genealógicos son tan retorcidas (y en EEUU más que en ninguna otra parte), que basta recordar los casos de Harrison Ford y Leonardo DiCaprio, ambos con antepasados rusos por línea materna o el de Steven Spielberg (con sus dos abuelos oriundos de Ucrania), para darse cuenta de que los glóbulos rojos no entienden de geografía política.

En segundo lugar, me parece que el anuncio ilustra muy bien la nueva sintonía entre Moscú y Washington, y en concreto ese golpe bajo dado esta semana por Barack Obama al polemico escudo antimisiles planeado por su predecesor, George W.Bush. Junto a la botella de vodka, el 'armamento' ruso más letal después del 'kalashnikov', el nuevo Rambo se erige sin quererlo en icono del reinicio de las relaciones ruso-norteamericanas.

No en vano, en las últimas horas los radares de la OTAN han detectado el lanzamiento de campanas al vuelo al otro lado de la frontera rusa… El 'biombo' del escudo antimisiles en Europa del Este ya es papel mojado y eso hay que mojarlo, piensan los rusos. Lo malo es que si abusan del vodka, me temo que acaben desplomados bajo el puñetazo de la resaca, murmurando aquello del "no siento las piernas…".

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina