lunes, 19 de octubre de 2009

El vino color de rosa


No hace demasiado tiempo atrás, cuando se hablaba de vinos rosados, los prejuicios se amontonaban. Bebida para mujeres, mezcla de uvas tintas y blancas, demasiado liviano, eran algunas de las tantas opiniones que se deslizaban sin mucho conocimiento de causa. Pero olvidados o escasamente consumidos, resurgieron con fuerza renovada y hoy no faltan en la carta de ningún restó gourmet ni en la bodeguita privada de los aficionados al buen beber.

Un importante cantidad de bodegas le dedican un rubro de su producción, en una amplio abanico de ofertas.



Consultada María Barrutia, cocinera y sommelier que dirige junto a Flavia Rizutto el reputado CAVE (Centro Argentino de Vinos y Espirituosas), sobre otra idea más o menos difundida, acerca de que los vinos rosados gustan especialmente a las mujeres, la experta rechaza de pleno el concepto. "Antes se hablaba mucho de vinos femeninos y masculinos. En general, se pensaba que los blancos, rosados y tintos ligeros eran preferidos por las mujeres. Pero esto ha cambiado mucho y hoy el consumo no está segmentado así. Muchas mujeres consumen tintos de buen cuerpo y los hombres valoran por igual blancos y rosados."

En cuanto a su elaboración, María explica que los rosados se elaboran a partir de maceraciones cortas de uvas tintas: cuanto mayor sea el tiempo, más intenso será el color del vino. "Los rosados tienen un color intermedio entre tintos y blancos, en una amplia gama de tonalidades que va desde el salmón o rosado pálido al rojo claro.

Se toman fríos y son especialmente agradables para consumir en los días de calor." Federico Cassone, de la bodega Familia Cassone refuerza el concepto. "Todos los vinos rosados provienen de uvas tintas. Se han logrado muy buenos productos, engañosamente suaves, ya que en algunos casos alcanzan un tenor alcohólico del 14%. Son muy buscados los rosados de maceración atenuada, en los que el hollejo se deja poco tiempo en contacto con el vino. Y hay que hacer caer estrepitosamente la idea de los vinos para hombres o mujeres: hoy ambos se mueven en el mismo plano y todo va de acuerdo a las preferencias personales."


Para el sommelier Pedro Colina la idea de que los rosados eran preferidos por las mujeres surgió porque son muy frutados y se toman frescos, pero tampoco hace una cuestión de genero. "No tiene nada que ver con el sexo. Pero lo que yo rescato de los rosados es su gran versatilidad, ya que van bien con comidas exóticas, especialmente chinas o mexicanas y armonizan con las ensaladas, cuyo grado de acidez hace peligrar la cata del vino.

"María apoya el resurgimiento de estas etiquetas. "En nuestro país se están haciendo muy buenos rosados con distintos estilos. Algunos son frescos, ligeros y frutados, otros más profundos. Los rosados con mayor intensidad de color por lo general tienen más tiempo de maceración y, por ende, más taninos y cuerpo; pero de ningún modo es un indicador de calidad. Los buenos vinos se conocen en la boca."


Fuente: clarin.com

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