miércoles, 18 de noviembre de 2009

"La situación del país no tiene la claridad que el mercado inmobiliario busca"

Las inversiones en propiedades rurales se encuentran en una meseta y las que se registran son locales y no internacionales. "Esto se debe a la inestabilidad económica de Argentina, que no alienta a los extranjeros invertir", señala el empresario.

Manuel Otero Ramos, reconocido en el ambiente de las propiedades, desde hace ocho años está involucrado en el sector vitivinícola con su bodega Otero Ramos. En esta entrevista, el empresario analiza sus dos actividades y las principales preocupaciones debido a las políticas empleadas por el gobierno nacional.

- ¿Cómo se encuentra el mercado de las propiedades rurales?

En realidad, el mercado de propiedades rurales está relativamente en "stand-by". La tendencia marca un equilibrio entre la oferta y la demanda. No hay inversiones representativas en este rubro como existieron en otros momentos. La situación económica de Argentina no tiene la claridad que el mercado busca. Además, en este contexto influyen notablemente las actuales situaciones políticas del país, que no marcan reglas claras. Con estos vaivenes, los inversores no ven previsibilidad a futuro y prefieren otros lugares.

A su vez, en el juego de la oferta y la demanda, aparecen ciertas pautas donde los interesados no están dispuestos a pagar los valores actuales.

- ¿Cuáles son las zonas más requeridas?

Las áreas más buscadas siguen siendo la primera zona (Luján de Cuyo, Maipú y Valle de Uco). De todos modos, la ubicación depende del proyecto y en este sentido hay inversores que enfocan su negocio en otro tipo de variedades y prefieren zonas como Junín, Barrancas u otras del norte y este.

- En un momento, muchos inversores extranjeros decidieron comprar fincas e implantar viñedos en el país. ¿Cómo sigue este fenómeno?

En lo que va del año, no ha habido nuevas inversiones por parte de empresas externas, por diversas razones, como la crisis y la inestabilidad del país.

Sin embargo, las inversiones de este año han sido particularmente de empresas locales que han ampliado sus hectáreas, plantando nuevos viñedos a los efectos de posicionarse en la materia prima necesaria para sus proyectos.

- ¿Cómo se encuentran actualmente los valores de las propiedades?

Los valores no han aumentado. La tendencia general es estable y la demanda marca un equilibrio con la oferta, dependiendo de la zona, salvo algunas particularidades puntuales.

- ¿Cree que las inversiones se reactivarán el año próximo?

Por ahora no existen indicios para determinar una mayor demanda para 2010. De todas formas seguramente podremos conocer esta tendencia para finales del primer semestre y comienzos del segundo.

- ¿Cómo se encuentran las exportaciones de Otero Ramos Bodega de Familia?

Dado que somos una bodega nueva, estamos en una etapa de expansión de mercados. Actualmente exportamos a Estados Unidos y estamos incursionando en Brasil, Canadá, México, Inglaterra y Bélgica. Existe mucha competencia y muy buen nivel de vinos en general, por lo cual, a una bodega chica, le cuesta mucho posicionarse.

Creemos que marcamos una diferencia a través de nuestro trabajo, especialmente en lo que le aportamos al importador y en casi todos los casos, procuramos que éste sea a la vez nuestro distribuidor. Además, enfocamos nuestro trabajo en tratar de llegar a cada cliente y poder atenderlo en forma particular. Es un trabajo lento pero muy eficaz.

- ¿Cuáles son las principales preocupaciones en el mercado interno?

La competencia es muy feroz y para no perder clientes, a veces, las grandes bodegas promocionan sus productos de una forma fuera de las normas apropiadas. Nosotros tenemos una ventaja que es el trato personal para cada cliente y podemos apreciar la parte humana, dando soluciones a cada planteo, sin necesidad de regalar una sola botella. Estamos llegando a todas las provincias con excelentes resultados. La gente joven gusta de probar nuevas marcas de bodegas boutique para descubrir grandes vinos.

- ¿Y en el caso del mercado externo?

En el mercado externo, las preocupaciones están puestas en el pago de las exportaciones. En el último año, el riesgo aumentó notablemente. Los pagos se han extendido y en muchos casos no se han cumplido. Otras de las preocupaciones de las empresas exportadoras son las políticas de gobierno con la no devolución del IVA y las retenciones. Para muchas de las exportaciones que se están realizando, esto significa tener o no rentabilidad, lo que tarde o temprano afectará los resultados y por ende la recaudación del estado, que también se verá afectada por la disminución de las exportaciones.

Fuente: Esta nota fue publicada en el suplemento FINCAS de Diario Los Andes.

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