viernes, 18 de febrero de 2011

¿Cuál será el sucesor del Malbec?

Alejandro Vigil, Alberto Arizu y Ernesto Catena opinan sobre el futuro del varietal estrella de Argentina y la necesidad de diversificar más la apuesta.

Gran parte del furor por el vino argentino que se está viviendo en el exterior se debe al éxito del Malbec y el nivel de aceptación que está logrando en numerosos mercados estratégicos. Los críticos más reconocidos también vienen tomando nota desde hace ya varios años de las excelentes cualidades de esta cepa y su indiscutible adaptación a los terruños argentinos.

Así, tras mucho tiempo de labores en las vides y en bodega, el Malbec rindió sus frutos y los números son la mejor prueba: cada diez botellas de vino argentino que se abren en diferentes partes del mundo, cuatro son de esta variedad. Además, las exportaciones de Malbec están creciendo a un ritmo del 32% -en divisas-, casi duplicando la tasa interanual del vino embotellado.

Si bien las perspectivas para el vino argentino son positivas, lo cierto es que los analistas ya prevén un menor crecimiento de las ventas al mundo durante este año.

En efecto, según Javier Merino, director de Área del Vino, mientras que en 2010 las exportaciones se dispararon un 18%, para 2011 se espera una tasa más "tibia", de entre el 10 y el 15%.

Al respecto, cabe recordar que recientemente, desde Vinos de Chile habían "calentado el partido" asegurando que el Malbec era una moda pasajera y que Argentina comenzaría a sentir los efectos de que deje ser la gran novedad en el negocio vitivinícola.

En concreto, desde la entidad trasandina habían asegurado que los bodegueros argentinos "establecieron una estrategia de precios muy atractiva en la cual han logrado vender Malbec a precios bastante altos, sobre todo en Estados Unidos, pero no así en el resto del mundo y por lo tanto, una vez que los norteamericanos no estén dispuestos a seguir pagando un alto precio por el mismo vino y la moda del Malbec pase; los consumidores volverán a buscar una mejor relación precio-calidad y nosotros ahí somos insuperables".

No conformes con esto, luego aseguraron estar "convencidos de que el Malbec es un tema pasajero y que en el tiempo vamos a volver a crecer más que Argentina en Estados Unidos quizás en unos tres años más, que es lo mismo que duraron las otras modas que hemos visto antes. Probablemente, la demanda Malbec va a caer en algún minuto y veremos cómo Argentina soporta este crecimiento que tiene detrás".

En este contexto, tres referentes indiscutidos dialogan sobre el futuro del Malbec y la necesidad de diversificar la imagen de marca país para no quedar atados a la suerte de un único varietal.

Al respecto, Alejandro Vigil, Chief Winemaker de Catena Zapata, le quitó dramatismo a la situación al asegurar que "tenemos todavía mucho que recorrer en materia Malbec. Tanto la identificación como la comunicación de terruños recién comienza y tenemos mucho que estudiar, desarrollar y comunicar al respecto".

En la misma línea, Alberto Arizu (h), director comercial de Bodega Luigi Bosca y presidente de Wines of Argentina, destacó que sin dudas nuestro Malbec, seguirá siendo nuestro vino bandera, reputación que ha sabido ganarse entre los conocedores del mundo entero. "Es una variedad que es reconocida y lo seguirá siendo", aseguró.

Sin embargo, para los expertos, es clave la diversificación.

En este sentido, Vigil consideró que "tenemos que mirar a largo plazo e insistir con el Cabernet Sauvignon, el Chardonnay y el Pinot Noir, que son las variedades clásicas a nivel mundial y con las cuales podemos hacer grandes vinos", recalcó. "En el último resumen de Parker, Nicolás Catena Zapata, que es un Cabernet Sauvignon, obtuvo 98 puntos y un Chardonnay de U$S30, 92. Esto nos indica que debemos trabajar en este sentido. A la demás variedades como Bonarda y Torrontés, por el momento las veo más identificadas con zonas particulares que con el país", agregó.

Por su parte, el directivo de Luigi Bosca coincidió y destacó que "Argentina es uno de los países con mayor diversidad en el mundo, por sus terroirs, alturas y las distintas variedades que se producen. En mi opinión, Cabernet Sauvignon, será una variedad que logrará un gran reconocimiento por la altísima calidad que se produce, así como los blends tintos, donde Argentina también está demostrando día a día su importancia e innovación".

Sin embargo, a diferencia de Vigil, consideró que, "en cuanto a las variedades blancas, creo que en el mundo hoy se buscan vinos agradables, frutados o florales, sin demasiada complejidad, más en concordancia con las nuevas tendencias gastronómicas y ahí nuestro Torrontés tiene un lugar asegurado".

Ernesto Catena, CEO de Escorihuela Gascón y presidente de Ernesto Catena Vineyards, aseguró que el próximo varietal que logre enamorar a la crítica internacional no será, como muchos suponen, la Bonarda: "Yo creo que va a tardar en ser aceptada. No ha llegado su momento, hay poca cantidad elaborada en forma realmente exquisita, básicamente porque no hay demanda".

Como contrapartida, sostuvo que "apostaría más al Pinot Noir, que tiene muchísima más demanda en el mundo y dejaría la Bonarda para dentro de 5 a 10 años".

*Esta nota fue publicada en Infobae.

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