martes, 28 de febrero de 2012

Descubren el secreto genético del girasol

El giraso l crece de cara al sol. Quizás por ello la historia de esta planta en la Argentina está llena de luces y sombras. Traído en 1900 por los colonos de origen judío, fue durante largo tiempo un cultivo marginal. Un siglo después, en 2000, el país cosechaba 7 millones de toneladas y lideraba cómodamente el mercado mundial de aceite de girasol. Ahora produce solo algo más de la mitad y apenas resiste. Es por eso que productores se entusiasmaron con una novedad clave para que el girasol vuelva a levantar cabeza.

En Mar del Plata ayer comenzó la 18 Conferencia Internacional de Girasol y uno de los platos fuertes de este encuentro fue la presencia de Loren Rieseberg, un reputado doctor de la Universidad British Columbia de Canadá. El hombre trabaja en la secuenciación del genoma del girasol y adelantó que en pocos meses la comunidad científica tendrá a disposición el mapa completo de genes del cultivo. 

Carlos Sala, un ingeniero de Nidera, explicó que conocer la secuencia genómica del girasol significará una inyección de vida para el cultivo. “Si hubiéramos continuado sin conocer el genoma del girasol, íbamos a estar trabajando en un cultivo de poca vida, porque las investigaciones de los otros cultivos iban a superar con creces cualquier producto que se pudiera originar en girasol”, explicó. 

En otras palabras, como el girasol no está tan extendido a nivel mundial como la soja, el trigo, el arroz o el maíz; son muy escasos los esfuerzos de las grandes empresas multinacionales de semillas y biotecnología por encontrar nuevas variedades. La Argentina comparte el podio de países productores con Ucrania y Rusia. 

Pero con el genoma, Sala dijo que “podremos manipular la información genética en forma mucho más rápida, precisa y eficiente ”. Y estimó: “Es posible que en 10 o 12 años el productor pueda ver algunos híbridos comerciales”. 

Para la agricultura local contar con especies mejoradas sería clave. Desde hace dos décadas que no se registran mejoras en los rendimientos del cultivo (que promedian entre 1.700 y 2.000 kilos por hectárea) y recién están apareciendo variedades de alto contenido de aceite. Peor aún: en el encuentro se coincidió que el mayor problema que enfrenta el cultivo hoy en el país son las plagas de palomas.

En 2000 la Argentina logró 7 millones de toneladas de girasol, más de 10% de su cosecha. Este año habrá 3,7 millones y una participación menor al 4%. Lorenzo Basso, el secretario de Agricultura, consideró que la tendencia podrá revertirse si la Argentina apuesta de lleno a la biotecnología agrícola.

“Esta palabra a muchos los asusta, pero sin duda es la respuesta al hambre en el mundo”, afirmó.

Fuente: ieco.clarin.com

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