viernes, 27 de abril de 2012

Malbec y Pinot Noir de zonas extremas

Poco conocidos y en fase experimental, hoy existen viñedos de Malbec, Pinot Noir y Syrah en el piedemonte y la pre-cordillera mendocinos.

Primero fueron las zonas altas de Valle de Uco, en Tupungato, específicamente en Gualtallary las que demostraron que se pueden hacer vinos de excelente calidad a más de 1.500 metros de altura, aún contra la rudeza del clima de altura. Al Norte de la provincia,  otros aventureros se animan a explorar suelos vírgenes hasta ahora para la actividad vitivinícola, y al parecer están teniendo buenos resultados.

Es asombroso por la extrema soledad -la dificultad del camino pedregoso de acceso y el indescriptible paisaje agreste - el proyecto de 5 hectáreas que encaró Santiago Achaval en el Piedemonte mendocino. Elevado a 1.500 metros de altura en las primeras colinas de El Challao y a unos 12 kilómetros al hacia el Oeste del Cerro de la Gloria, se encuentra este viñedo rodeado mayormente por puestos de cabras, donde crece uno de los pocos Malbec del país plantado en suelos originales (no aluvionales).

Aún más lejos, en plena pre -cordillera, se emplaza otro proyecto de viñedos relativamente desconocido para muchos: se trata de un emprendimiento de 4 hectáreas en pleno valle de Uspallata. Esta idea fue producto de la sociedad entre el bodeguero Eduardo Pulenta (Pulenta Estate) y Ariel Saud, cuya familia es propietaria de 40.000 hectáreas en esa zona. 

Ambas iniciativas ingresarán en el libro de aventuras para elaborar "vinos extremos". Las primeras páginas, de hecho, las escribió el bodeguero Bernardo Weinert en su emprendimiento de El Hoyo, Chubut (ver aparte) cuando en 1997 colocó la bandera en el que por mucho tiempo fue considerado como "el viñedo más austral del mundo".

Piedras viejas, una joya pedemontana

Así se llama el  viñedo "extremo y experimental" de los Achaval Ferrer, propietarios de la bodega de Luján que lleva su nombre; está ubicado en El Challao, en las primeras colinas. Allí se han plantado varios paños separados que suman una superficie equivalente a 5 hectáreas. La densidad es de 35.000 plantas. El riego se hace con agua de vertiente, pero la historia, que comenzó en 2008, hizo que las cosas en pleno piedemonte, se complicaran para los inversores.

"En noviembre de 2010 la vertiente se secó, probablemente por los temblores que generaron una fisuras en el cauce, tuvimos muchos problemas.  A fines de ese año nos autorizaron una perforación que pudimos concretar en noviembre de 2011, la bomba está colgada a 140 metros, no es demasiado profundo, y tira 20.000 litros hora. El problema del agua ya está solucionado", cuenta un aliviado Santiago Achával que aquel año vio peligrar una inversión que costó tres veces más que cualquier cultivo realizado en Luján de Cuyo o Valle de Uco. Debido a la escasez de líquido las plantas que podrían haber entrado en producción en 2011, no lo hicieron.

Solucionado el tema del agua, hubo que resolver el problema los animales autóctonos. Rodeado por puestos, el viñedo de tiernos plantines de Malbec, con pastizales y juncos, es uno de los lugares preferidos de liebres y cabras. "Hicimos un alambrado, tipo gallinero para frenar a las cabras, porque para ellas todo el piedemonte es para pastar", refiere Santiago.

 "Entre conejos, cabras, sequías y temblores, no obtuvimos fruta en esta cosecha, sólo unos pocos racimos; estos maduraron bien, la suma de calor, fue muy buena y no tuvimos problema con heladas" 

Cuando hablamos de vinos extremos Achával profundiza en su significado: "son zonas de extremos, con potencial de una fruta enorme y de grandes desastres". El lugar lo eligió para explorar el cambio de expresión del Malbec ante diferentes terroirs. "En los otros viñedos no tengo capacidad de separar microclimas y geología porque el suelo es aluvional, pero al cambiar de suelo cambié de microclima. Aquí los suelos no son aluvionales, son originales y tengo cuatro suelos diferentes del punto de vista geológico dentro de un mismo clima: un cerro con piedra lacustre, de 50 millones de años, calcáreo, sedimentario, de una textura muy blanca; un cerro justo al lado de piedra gris, de origen marítimo, con nódulos silicacios de 500 millones de años; otro suelo con basalto negro fracturado. Esto me permitirá explorar las diferencias que busco", comentó. 

En el predio de 20 hectáreas las temperaturas no son mucho más frescas que las partes altas de Uco, refiere Achával. "Incluso es más cálido que Gualtallary, porque está en la parte oriental; las últimas heladas no perjudicaron la planta, ni temprana ni tardíamente. Este año las plantas entraron al otoño con buena cantidad de hojas", son 33.000 plantas de Malbec y 2.000 de Syrah. El lugar fue elegido porque los suelos son parecidos a los del sur de la Cote du Rhone, en Francia.

Apuesta al Pinot Noir en altura

Ariel Saud es propietario, junto a su familia, de un campo de 40.000 hectáreas bautizado como Estancia Uspallata hace ya 30 años. En el corazón de la extensa propiedad se ubica un pequeño viñedo de 4 hectáreas, a 2.000 mts. de altura, 1 de Malbec y 3 de Pinot Noir.

"Diez años atrás empezamos a desarrollar la zona con un proyecto comercial e inmobiliario. Yo tenía idea de hacer viñedos allí, porque no había hasta entonces nada similar pero todo mundo me desalentaba", comentó Saud. En una oportunidad conoció a Eduardo Pulenta quien se entusiasmó tanto como para unirse al proyecto. "Empezamos 3 años atrás con la idea de ver cómo se comportaba el ciclo vegetativo de la planta, el comportamiento de las heladas, el crecimiento foliar, y la verdad que funcionó muy bien. El único problema que tuvimos fue la helada del 9 de noviembre de 2010, que afectó a todos los viticultores de Mendoza", relata.

El ingeniero Facundo Yazli, quien lleva los viñedos de Pulenta Estate, está a cargo de esta viña. "El está bastante conforme con los resultados. La primera hectárea afectada por la helada en 2010, tuvo que ser replantada íntegra, creo que el año próximo vamos a tener producción" se esperanza. Este año tuvieron algunos racimos, probaron algo de fruta y les pareció excelente. "Lo más apasionante de esto - enfatiza el joven empresario - fue generar un viñedo allá arriba; el cultivo se ha hecho en ladera en suelos sinuosos. Luchamos contra la inexperiencia y la falta de mano de obra; no hay experiencia en viña, no hay insumos, tuvimos que contratar gente de Tupungato para hacer la poda; hemos empezado a capacitar gente del pueblo de Uspallata para que vayan aprendiendo, todo eso llevó tiempo y dinero pero es una satisfacción".

En el campo hay un arroyo y una presa, con una bomba para hacer riego por goteo, por lo que el insumo principal - el agua - es abundante. El cultivo es de 5.500 plantas por hectárea, y con su rendimiento se pretende elaborar no más de 5.000 botellas por hectárea. "Sólo un producto de mucho valor agregado justifica la inversión; por eso no pusimos Sauvignon Blanco o Chardonnay, que por el ciclo corto funcionarían bien, pero no valdrían la pena desde el punto de vista comercial. Por eso estamos interesados en el Pinot Noir, y como es proyecto argentino no podía faltar el Malbec", reveló el empresario.  

En el Valle cuyas temperaturas máximas y mínimas son muy parecidas a las de Gualtallary aunque Saud subraya que "hay un microclima especial, me lo decía mi viejo hace años; allí se cultivaban frutales hace 50 años atrás; tal vez eso ayuda y diferencia el lugar porque no tiene temperaturas tan extremas como en el resto de Uspallata". El viñedo pertenece a Luján de Cuyo; está ubicado a 4 km de la ruta 7 en dirección Sur del Puente del Río Mendoza.

*Esta nota fue publicada en el Suplemento FINCAS de Diario Los Andes

El viñedo más austral de América

El ingeniero agrónomo Darío González Maldonado es quien lleva adelante el viñedo del bodeguero Bernardo Weinert en El Hoyo, provincia de Chubut - entre Bariloche y Esquel-  en el que se conoce actualmente como el proyecto comercial ubicado en el punto más al Sur de América, al Sur del Paralelo 42.

Patagonian Wines tiene 20 hectáreas cultivadas con Merlot, Pinot Noir, Chardonnay, Riesling y Gewürztraminer y un poco de Sauvignon Blanc. El proyecto inició en 1997; fines de 1999 se comenzó a plantar el primer viñedo. En 2006 hicieron el primer vino elaborado en origen. Hoy producen 60.000 botellas al año.

Darío bromea cuando preguntamos si ésta es la bodega más austral del Globo. "Somos la bodega comercial más austral de América. No existen viñedos comerciales más australes que este, lo que hay son  parcelas muy pequeñas, tan pequeñas como las parras que tienen mis tías  de San Juan en el patio de sus casas. Hay un grupito de plantas distribuidos entre las localidades de El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo, Paso del Sapo, Trelew, y Los Antiguos", subraya.

Conocido por sus "vinos extremos", en este caso por la latitud, las frutas se convierten en  vinos con muy buena acidez natural, "con un glicerol natural de 7 a 8 g/l (no como en climas cálidos que usan  glicerina) y con una gran expresión aromática donde se exaltan los caracteres de tipicidad. Por eso la madera tiene un papel  totalmente secundario ya los vinos con sus aromas primarios y secundarios tienen gran complejidad en nariz", asegura el ingeniero quien también interviene en las vinificaciones, asesorado por el enólogo Hubert Weber.

El Hoyo estaría dentro de un clima templado frío, con  temperaturas medias en verano inferiores a otras zonas vitícolas del  país, con noches de 8 a 12 ºC y días que van de 25 a 37 ºC. Gran  amplitud térmica, con 1.000 mm de precipitaciones anuales que se descargan 600 mm en invierno y el resto repartidos entre primavera verano y  otoño".

La sanidad es otro diferencial. "Hace años que no se aplican pesticidas (fungicidas, herbicidas) ni  fertilizantes (foliares y de suelo) a los viñedos y 4 años que no  usamos el sistema de riego, los viñedos viven del agua de lluvia", explica Darío.

El peligro son las eventuales heladas tardías "nada incontrolable si contamos con un buen sistema de control de heladas".

Fuente: Area del Vino

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