lunes, 9 de julio de 2012

"Argentina está lista para pasar a la siguiente etapa"

Alberto Antonini está en Mendoza y se encuentra degustando los vinos de las bodegas argentinas que asesora. En medio de un tasting en Bodega Trivento, ADV dialogó con él sobre las cualidades y calidades de los vinos que pronto saldrán al mercado.

En esta entrevista, Antonini opina sobre la cosecha actual, el futuro del Malbec y de Argentina como exportadora mundial.

- ¿Cómo evalúa la cosecha 2012?
Aún es muy difícil dar un panorama total. Por un lado los vinos blancos se están definiendo y se muestran con buena estructura y acidez. Sin embargo, no trabajo mucho con ellos, sólo en Trivento degustamos y definimos los Torrontés, Chardonnay, pero nada más que eso. El reflejo de Argentina son los tintos. 

En este sentido, lo que podemos ver hasta ahora es que es un año muy interesante y va a ser muy bueno para el Malbec, el cual ya muestra intensidad expresiva de la fruta roja. 

A principio de año, por los días calurosos que hubo en enero y febrero, me dio miedo que esto provocara una cosecha temprana, mostrando vinos con falta de complejidad y elegancia. A pesar de eso, marzo se fue presentando mejor, lo que dio uvas sanas, vinos con acidez natural exquisita, taninos jugosos bien armado, buenos colores y ejemplares de muy buena estructura. 

Esta cosecha es muy diferente a la 2011, es más parecida a la 2009, pero aún a los vinos les falta madurar para dar un reflejo de lo que será. 

- ¿Cómo encuentra la calidad de los tintos argentinos?
Argentina es capaz de producir excelentes tintos, pero tienen que saber que no todas las variedades son excepcionales para un clima como el de acá. Argentina debe su éxito a vinos frescos, fáciles de tomar. Por ejemplo, el Cabernet Franc me gusta más que el Cabernet Sauvignon que produce argentina. Creo que esta última variedad no se da muy bien, ya que da vinos con taninos secantes y poco elegantes; no puedo competir con los grandes del mundo. 

Mientras que por otro lado tenemos a la Bonarda. Soy un gran defensor de esta cepa, me gusta muchísimo y es una de mis preferidas junto con el Malbec. 

La Bonarda, es una variedad que tiene perfil aromático interesante, se caracteriza por las especias que presenta, es un vino fácil de tomar, con mucho color y con una estructura muy buena. Se lleva bien con las comidas, tiene buena acidez y principalmente, tiene carácter y personalidad. 

El problema que tiene esta cepa, es que siempre ha sido producida en zonas no tan importantes y con rendimiento altos, y nunca se la pensó para hacer vinos de alta gama. Hoy, ya se están haciendo vinos que desde el viñedo se piensan, con menores rendimientos, mayores cuidados, y brindándole una vinificación acorde. Es cuestión de tiempo para que la gente la conozca y se enamore. 

- Frente a la competencia de Malbec de otros países, ¿cuál debería ser el camino a seguir?
Yo soy europeo y para mí no hay que vender variedades sino terruño, hay que vender menos Malbec y más Argentina. Vender uva es un commodity; el Malbec dejó de ser sólo de Argentina, y hoy ya se cultiva en diversas partes del mundo. Argentina está madura y es momento de pasar a la siguiente etapa. Cuando hablamos de vinos de alta gama, es muy débil y superficial vender solo con la variedad, hay que vender una región, "Malbec de Altamira, de Gualtallary, Vista Flores, etc.". 

Hay cada vez más productores que se enfocan en estas denominaciones, pero aún es difícil porque ni siquiera están definidas, por que se debería empezar por ahí. El vino es una experiencia cultural, es la expresión de un lugar, tradiciones, historias, lugares, es por eso que hay que venderlo como un origen no como una variedad de uva. 

- En el último año se ha plantado la discusión sobre los vinos con menos alcohol y que las tendencias mundiales de consumo van hacía allá ¿Qué opinión le merece esto?
Hay que tener cuidado con este concepto, el vino es la expresión de un lugar. Si yo quiero hacer vinos en Mendoza, donde el clima es árido y seco, temperaturas altas y las precipitaciones son escasas, seguramente no será el mismo que en otras regiones, donde el clima es más húmedo. 

Es por esto que creo que hay que hacer vinos auténticos y reales a su origen. En un concepto industrial se puede hacer vinos con menos graduación alcohólica en Mendoza, pero hacer vinos argentinos auténticos de 12º no existe. Cuando vengo acá busco Argentina. Hay que vivir con la diversidad que vive el mundo y no se puede unificar. 

- Usted declaró que es un fiel defensor de la producción orgánica de vinos, ¿cómo continúa con esta viticultura sustentable?
Estoy trabajando mucho con la viticultura más natural, porque me gusta ser más amigable con la naturaleza, sobre todo porque creo que el cultivo más natural permite dar un vino original, cuando el origen se mata con fertilizantes, modifica ese ambiente, y no es una expresión directa de lo que es el terruño. 

En un cultivo orgánico me llama la atención como las raíces se van más a la profundidad, que un vino que ha sido manipulado con agroquímicos. Por ende, al no ser intervenido esa planta me va a devolver uvas que sacan el alma del lugar y expresa lo que es el terruño. 

El compromiso tiene que estar relacionado a proteger las tierras, y no porque el consumo lo mande. 

- Argentina está pasando un momento coyuntural difícil, ¿cree que los vinos argentinos dejarán de ser competitivos?
No va a desaparecer la competitividad de Argentina. En el mundo por definición las cosas de calidad son caras, una cosa barata por definición no es de alta calidad. Pero no hay que olvidarse de eso, el país debe seguir posicionando sus vinos pero sin perder la calidad, aunque tengamos que aumentar, porque si no, nos va a pasar lo mismo que a Australia. 

Hay que ser precavido, y hay que ir aumentando los precios progresivamente. 

Más allá de esto, en el caso de las uvas, creo que es normal que algunas zonas muestren precios más elevados que en otras. No podemos comparar el rendimiento, el manejo de riego que se le hace, cómo se las protege, en una primera zona, a una en donde las uvas están destinadas a mosto. Esto pasa en todo el mundo; y demuestra que acá se están haciendo las cosas en serio. 

Es por esto, que me gustaría ver más diferencia entre zonas, y yo como productor voy a elegir qué comprar, y voy a saber cuáles son las de altísima calidad y cuáles no. 

Perfil

Alberto Antonini es un enólogo italiano y consultor vitivinícola del Grupo Matura, involucrado en múltiples viñedos y bodegas en Italia, Estados Unidos, Argentina, Sudáfrica, Rumania y Chile. Entre sus proyectos se incluyen el Chianti Classico Castello di Bossi s y el Merlot Girolamo, así como los vinos Poggio al Tesoro de la alianza Bolgheri entre la familia Allegrini y el importador de Estados Unidos Leonardo LoCascio.

Antonini es reconocido por el papel crítico que jugó en el proceso de reconocimiento internacional y desarrollo de la reputación de los vinos Malbec de Argentina.

En este momento, este "flying winemaker" asesora a bodegas de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay y Bolivia, y además es socio de bodega argentina Alto Las Hormigas. En su primer día en Mendoza, puso manos a la obra y comenzó con Trivento. Según contó en "este establecimiento estamos trabajando junto a los enólogos, Germán Di Césare y Maxiliano Ortiz, eligiendo los cortes tintos 2011 y los blend blancos 2012, así como también, clasificando los de la cosecha 2012".

Fuente: Area del Vino

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