miércoles, 17 de octubre de 2012

Caen hasta 35% las ventas de viñedos en Mendoza

Los años de bonanza y grandes inversiones parecen haber quedado atrás. Con el ocaso del crecimiento de las exportaciones a tasas de dos dígitos y una franca retracción de las ventas de vino embotellado, la apuesta por la vitivinicultura como negocio ya no resulta tan atractiva como lo fuera hace un lustro. Esto queda claramente evidenciado en la fuerte desaceleración que ha tenido en los últimos seis meses el mercado inmobiliario rural, en especial el de viñedos o tierras con ese fin.

La caída del mercado, que ya estaba deprimido, en el trimestre oscila entre el 25%y el 35%, aunque algunos operadores consideran que es mucho mayor. A los ya conocidos problemas del sector, como inflación, alza en los costos, cepo cambiario, restricción de las importaciones, atraso en los reintegros y la pérdida de competitividad en el exterior, se suma el hecho de que el precio pagado al productor por la uva no se ha ajustado a la inflación, lo que genera una clara pérdida de la rentabilidad.

A saber: un quintal de malbec en 2011 de la zona de Tunuyán tuvo un precio promedio de venta de $ 503, uno de Luján de $ 455 y uno de Junín de $ 343. Mientras que en 2012, inflación de por medio, ese mismo varietal se pagó $ 483 el quintal de Tunuyán, el de Luján a $ 447 y el de Junín a $ 339, según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino.

"Con los últimos acontecimientos que fueron dándose en la vitivinicultura, las inversiones -que venían paradas- siguen igual. No hay a esta altura del año inversiones en nuevos proyectos", señalo Manuel Otero, quien además de ser dueño de la inmobiliaria Otero tiene su propia bodega en Maipú (Otero Ramos).

El empresario destacó que están evaluando algunos anteproyectos de inversión pero que las empresas que analizan realizarlas dependen de sus casas matrices y al no observar un panorama económico estable en el largo plazo, son cautelosas a la hora de desembolsar dinero en el país.

Para Patrick Kinnersly, de la inmobiliaria Contacto, con este horizonte económico incierto, las ventas de viñedos ciertamente se han retraído y estima que el número debe estar cercano al 20% o 25% según su percepción del mercado.

No obstante, señala que "en circunstancias normales, la venta de un viñedo tiene que ser negocio por ambas partes. Hoy, los inversores admiten que los viñedos siguen siendo negocio y a largo plazo hay posibilidades de tener una renta importante que no se puede obtener con muchas otras inversiones inmobiliarias".

Precios en stand by

Mientras que las ventas se detienen y las inversiones en nuevos viñedos están en una meseta, los precios en el último año van por la escalera y hasta en algunos casos se frenan en un descanso, situación muy diferente a la que se vivía en 2009 y 2010, cuando tomaban el ascensor.

"Sin importar la zona, los valores y precios de viñedos se han mantenido relativamente estables. No hemos visto mucho crecimiento ni tampoco una baja. Con un ambiente económico nacional e internacional tan turbulento, no hubo un catalizador para enviar precios por arriba, y no ha existido una cantidad de ventas por urgencia, entonces los precios se han mantenido estáticos", señala Patrick Kinnersly.

De hecho, si miramos cuánto costaba implantar un viñedo en 2011 y cuánto cuesta en 2012, los precios no han tenido un significativo aumento.

Santiago Debé, titular del Colegio de Corredores Inmobiliarios, coincidió en sostener que los precios se han mantenido. "Quizás en alguna zona menos favorecida podemos hablar de que ha existido una disminución del precio, pero en general, los precios no se han incrementado", indicó. Al tiempo que agregó que las operaciones se transan en pesos, pero los inmuebles se cotizan a un dólar intermedio entre el oficial y el blue, el dólar celeste.

Perspectivas 2013

Aunque recién el mercado históricamente se mueve a partir del segundo semestre, los agentes inmobiliarios se muestran confiados en que existirá una reactivación del sector.

"Durante el segundo trimestre de 2013 pensamos que va haber alguna reactivación, aunque todo dependerá de cómo se desarrolle la economía", sintetiza Otero.

"Típicamente el verano es un poco más tranquilo que el resto del año en cuanto a ventas de viñedos, pero no quiere decir que se para todo. Durante los meses previos a la cosecha, hay más movimiento de compradores que quieren quedarse con la producción de la finca, que se convierte en una herramienta de negociación. Salvo estos factores típicos del período del año, no veo mucho cambio", finaliza Kinnersly.  

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