jueves, 23 de mayo de 2013

Secretos que la industria alimenticia prefiere ocultar

La ciencia ha avanzado y hoy en día los laboratorios interfieren en lo que comemos. El sitio Ehow en español armó una lista con los secretos y engaños que la industria alimenticia no quiere que sepas:

Un sabor peligroso
Si cuando comés fideos instantáneos notás algo extraño, probablemente estés en contacto con el glutamato de sodio (GMS), un realzador del sabor que activa los receptores de la lengua. Aunque es considerada una sustancia segura en Estados Unidos y Europa, algunas investigaciones lo ponen en duda. Por ejemplo, el doctor Russell Blaylock asegura que es tóxico para el sistema nervioso.

Bananas clonadas
La especie Cavendish es la más vendida a nivel mundial. Para lograr que todos las bananas sean de la misma especie, los productores recurrieron a dos técnicas: la clonación y el monocultivo. La transformación de la banana en una fruta estéril y la falta de rotación de cultivos hacen que esta especie pierda su diversidad genética, por lo cual es más vulnerable a las pestes.

Una película de miedo
¿Disfrutás de hacer pochoclos en pocos minutos? Ese olor mantecoso que inunda tu casa después de cocinarlos es resultado del uso de diacetil, un reemplazo químico de la manteca común. Al ser expuesta al calor, esta sustancia larga un vapor tóxico que, si se consume en exceso, puede causar bronqueolitis obliterante, una enfermedad pulmonar.

Cuidado con los endulzantes
¿Pensás que todo substituto del azúcar es más saludable? No sucede con el aspartato, un edulcorante sintetizado de una bacteria clonada y reducido a un polvillo para su comercialización. Es muy utilizado en alimentos y bebidas “light”. Hay denuncias que indican que produce migrañas, pérdidas de visión, artritis, enfermedad de Parkinson, cáncer y trastorno de déficit de atención, entre otras enfermedades.

Otro edulcorante para evitar
El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) es un edulcorante líquido de consistencia parecida a la miel. Es extraído del maíz y es 200 veces más dulce que el azúcar. Actualmente, muchos productos lo contienen: panes, cereales, gaseosas y condimentos como el ketchup. Algunos nutricionistas lo señalan como causa de obesidad y diabetes.

¡Un pelo en mi comida!
Los productos de panadería tienen un ingrediente llamado L-cisteína, un aminoácido que se usa para acelerar procesos industriales en el horneado de alimentos. A gran escala, esta sustancia es extraída de algunas de las fuentes de proteínas más abundantes en el mundo: plumas de pato y de gallina, cuernos de toros y... cabello humano. La cisteína es aislada y convertida en polvo para después incluirla en muchos alimentos de mesa como, por ejemplo, panes, galletas y bizcochos.

Los transgénicos, el gran debate
Desde hace dos décadas que se están comercializando productos con ingredientes transgénicos, es decir, provenientes de bacterias, plantas o animales modificados genéticamente en laboratorios. Según ciertas investigaciones, el cultivo de estas semillas aumentó la toxicidad de los suelos y redujo la biodiversidad. Más de 40 países han exigido que los productos que contengan OGM estén etiquetados, mientras que otros prohibieron su uso.

Sí, estás comiendo un insecto
El ácido carmínico es extraído de los huevos fertilizados de la cochinilla (bicho bolita) y es usado como colorante en tonalidades rojas, rosadas y púrpuras. Las carnes rojas, las salchichas, marinadas, bebidas alcohólicas, salsas, yogurt, quesos, mermeladas y jaleas son algunos de los productos que son coloreados con ácido carmínico. Estudios han determinado que algunas personas son alérgicas a este compuesto.

Fuente: entremujeres.com

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