lunes, 28 de octubre de 2013

Reorganizá tu heladera y bajá de peso

En el primer estante, sólo alimentos saludables.
Con el solo hecho de modificar la ubicación de los comestibles y disponerlos en una forma “correcta” te ayudará a entrenar tu cerebro. ¿Por qué? Porque lo ayudarás a desear aquellos que sean más saludables. El estante superior de la heladera es un buen lugar para empezar: es una de las primeras áreas donde va el ojo. Llená este espacio con bebidas saludables, como leche descremada o jugo de frutas. “La elección de bebidas bajas calorías es una manera simple para acortar calorías de su dieta”, dice Larrian Gillespie, autor de La Dieta de la Diosa, a iVillage. “Además, el hecho de mantenerse bien hidratado naturalmente ayuda a controlar el apetito”. ¿Cuáles son las bebidas que más engordan?

Segundo nivel: productos frescos.
Este tipo de alimentos es lo que primero tendemos a “olvidarnos” cuando vamos de compras. Sin embargo, es súper importante que siempre tengas a mano frutas y verduras frescas. Lo mejor es tenerlas listas para comer. Esto es, lavadas (claro) y precortadas, para evitar la fiaca que te da hacer una ensalada de fruta y no prefieras las galletitas en el momento “crítico”.

Tercer estante: ¡proteínas!
Claro, siempre que sean saludables: huevos duros y precocidos, carnes magras sin piel, frutos secos y leche baja en grasa (como el yogur y el queso). ¿Las carnes son la mejor fuente proteica?

En los cajones (bien escondidos), todas las cosas tentadoras.
Los lugares más alejados de la vista son los mejores para las comidas cargadas de calorías y las sobras pesadas de los cumpleaños y fiestas. Es importante mantener fuera de la vista esos bocaditos que te encantan, para que cada vez que abras la heladera evites robar uno. “El cerebro y los ojos están tan íntimamente conectados, que lo que se ve al abrir la heladera es, usualmente, lo que tu cerebro querrá comer”, explica la especialista en control de peso Michelle May a iVillage. Cuando se trata de comida chatarra, ¡fuera de la vista! También podés usar recipientes opacos, para que no veas a simple vista lo que hay dentro.

Llená la puerta de sabor.
Mostaza, salsas, vinagre y otros condimentos. Las mezclas de sabor en las comidas ayudan a la gente consuma alrededor de 200 calorías diarias menos, según un estudio de una fundación de Chicago.

En el freezer, sólo opciones saludables.
Congelá filetes de pescado, pechugas magras de pollo y vegetales mixtos. Esto puede ayudarte a esquivar algún delivery o comida chatarra. ¡Vamos! Con microondas o con unos minutos en el horno, es simple armar cenas saludables. Ahora que viene el verano, también podés preparar smoothies o jugos congelados.

En la alacena, platos para porciones pequeñas.
Tené a mano los platos y vasos no muy grandes. Que las ensaladeras que elijas sean pequeñas. ¿Por qué? Porque siempre tenderás a llenarlas. Entonces, si tenés fuera del alcance a la vajilla más grande (por ejemplo, tenés que subirte a un banquito o sacar todas las cacerolas para alcanzar algo) optarás por elegir lo que está más cerca.

Fuente: entremujeres.com

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